
Una virgen desposada ha concebido un bebé,
no es de su futuro esposo y ahora no sabe qué hacer.
La virgen anda profundamente angustiada.
Estando pronta para casarse, qué le dirá a su prometido José.
La historia de que su embarazo es fruto del Espíritu Santo,
resultaría casi imposible de creer.
¡Oh, María, angustiada y temerosa
Si la multitud se entera, una muerte pública te espera!
¡Perderás al amor de tu vida y enfrentarás terrible vergüenza!
¡Pero espera María, ten fe, El espíritu de quien has concebido
Tiene un plan más hermoso contigo
No te apresures, ten calma, no sabes a quien llevas en tu vientre!
La angustia te atrapa, no será fácil
Te perseguirán por causa del niño
Es más, el lugar de nacimiento no será el más digno.
Pero para, no te ahogues en tanta angustia,
sabemos que todo te asusta, y piensas, qué dirá José,
seguro soy mujer muerta,
no me creerá que un ángel ha venido a darme esta promesa.
Qué dirá el vecindario,
seguro pensarán que soy una cualquiera,
no tengo a dónde escapar,
no tendré quién me comprenda,
no habrá lugar, ni forma y ni camino
para cubrir mi vergüenza.
¡Oh, María! ten paz,
aguarda la calma muy favorecida,
has hallado gracia ante el Padre.
Detente por un segundo,
recuerda las palabras del Ángel,
a quien llevas en tu vientre,
es el Salvador del Mundo.
–Angie Guauta