Un corazón humano

Es común en todas las personas, todos lo saben y aun lo sienten, cuando un corazón se detiene, una vida se va. El corazón es el órgano romántico que ha impulsado a poetas y enamorados, a escribir los más hermosos versos, pero aun cuando el corazón del poeta deja de latir la pluma cesa y no se componen más versos. No importa si eres hombre o animal, si tu corazón deja de latir, tu vida se escapa de tu cuerpo, en esto no hay excepción.

Es precioso el meditar en esto, que solo a las 5 semanas de gestación, es decir, al mes y una semana de embarazo, el corazón del bebé ya está latiendo. Aun la madre no lo puede sentir, pero ya late con fuerza y rapidez, es la única ocasión en que dos
corazones laten dentro de un mismo cuerpo. La mayoría de las mujeres se enteran de su embarazo a la sexta semana, ante esta noticia dos corazones se estremecen, el de la madre y el de su bebé.

Esto es un milagro precioso, un corazón que impulsa la vida del nuevo ser humano, pero no todo son buenas noticias y alegría, se corre el mismo riesgo, el latente peligro de que ese corazón deje de latir y la muerte llegue de repente. Es duro pensar en esto, en que el corazón de nuestro ser amado deje de funcionar, pero hay cosas que no podemos controlar. Y esto es verdad, aunque no es universal, encontramos el caso de los que si podemos decidir.

Amada madre no puedes garantizar que el corazón de tu hijo siempre se mantenga latiendo, pero si puedes garantizar que no harás algo intencional para detenerlo, creo que sabes lo que digo, si detienes hoy el corazón de tu hijo en tu vientre, sabrás que has parado el corazón humano de tu hijo, habrás sido la causa determinante de que la vida de tu propio hijo se escape y que en su cuerpo reine la muerte.

No puedes garantizar que el corazón de tu hijo lata para siempre, pero si puedes decidir que tú no seas la causa por la cual el corazón de tu hijo deje de latir. Si el corazón de tu bebé trae vida y tú paras su corazón, habrás traído a tu bebé la muerte.

–Felipe Villamizar

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